La echaba de menos,
en realidad, se echaba de menos así mismo,
al hombre que fue junto a ella.
Añoraba todos esos otoños e inviernos
primaveras y veranos
rodeados de traviesos y joviales chiquillos.
Nostalgia de aquella época
en la que escuchaba pronunciar su nombre
sintiendo que cada sílaba se refería a él.
- Dime, ¿quién soy? -preguntó ella como una niña asustada.
- Amor, tú eres yo; cariño, yo soy tú.
Iba perdiendo sus pétalos
pero el perfume de la flor
siempre quedará en su corazón;
la enfermedad del olvido
no podría con su Amor.
me encanta Sonia, es tan tierno y tan duro....
ResponderEliminarMuy bonito mi amor... Tu padre Espiritual.
ResponderEliminarMuy lindo Sonia...besitos!
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